viernes, 1 de febrero de 2013

Evolución de la Ontología en la Hélade

El concepto de “Ser” en los filósofos clásicos es uno de los que más me ha costado asimilar. ¿A qué se referían exactamente?

Probablemente se originó como una observación lingüística del verbo ser. Lo empleamos cada vez que decimos algo de algo (esto es bello). ¿Pero qué significa “ser” exactamente? ¿En qué consiste “ser”?

NOTA: Posteriormente algunos dirían que toda teoría sobre el ser basada en esto es errónea pues el verbo ser es meramente una cópula o unión carente de significado propio.

Otra posible aproximación es a través de los universales. Uno ve cosas bellas en el mundo. Una mujer bella, una escultura, una puesta de sol… Lo único que tienen en común es la belleza, son diferentes en todas sus demás propiedades y cualidades. Los filósofos helenos debieron pensar que si reconocemos esos entes como bellos debe ser porque existe un universal de belleza, La Belleza existe (por sí misma) y en realidad apreciamos La Belleza en ellos.

Del mismo modo existirían toda suerte de universales, Lo Verde, El Bien, La Justicia… Y así debieron llegar al universal de Ser. ¿Qué tienen en común todos los objetos y entes de este mundo, incluso los que no comparten ningún otro universal? Que son, es decir, que existen. Por lo tanto, del mismo modo que con los anteriores, debe existir un universal de Ser presente en/al que se parece/del que participa todo lo que es o existe.

Esta línea de pensamiento les plantea 3 problemas fundamentales:
- ¿Cómo definir y concretar ese “Ser”?
- ¿Qué pasa con lo que no es? ¿Existe el no-ser? ¿No sería contradictorio que exista lo que por definición no-es, el vacío?
- El Ser, como universal, debe ser uno, perfecto, inmutable y eterno. Pero todos los objetos y entes particulares son distintos entre sí, sólo tienen en común que son, que existen, que participan del Ser. Además están en constante cambio. ¿Cómo se explica eso? Si el Ser es uno ¿cómo deriva en muchos distintos entre sí? Si el ser es inmutable ¿cómo puede darse el cambio en los particulares?

La escuela de Mileto (Tales, Anaximandro y Anaxímenes) creyeron que para que el Ser pueda estar en todo lo que existe (y por tanto adoptar cualquier forma) debía estar hecho de algún elemento muy maleable. Así dijeron que se componía de Agua, Apeiron (una materia primordial sin forma) y Aire, respectivamente. Sus teorías entran en la categoría de Monismo del Ser.

Entonces apareció Pitágoras, uniendo filosofía con un culto mistérico (orfismo) que creía en la reencarnación de las almas. Su solución fue decir que existen el Ser y el no-ser, y que al mezclarse ambos el Ser se disgregó, perdió su unidad, dando lugar así a los diferentes entes o seres (las cosas que existen), diferentes entre sí y cambiantes.

Heráclito tuvo una solución más ingeniosa y dijo que el ser estaba hecho de fuego. El fuego siempre cambia, siempre está en movimiento, y sin embargo sigue siendo fuego. Así explicaba el cambio en todas las cosas. Nuestros sentidos no nos engañan, percibimos el cambio en los entes porque el Ser es cambiante como el fuego. Todo cambia constantemente, «Todo fluye», de ahí la famosa cita según la cual «no es posible cruzar 2 veces el mismo río» Para explicar la diversidad de seres introdujo 2 conceptos, 2 fuerzas cósmicas que transforman el fuego en otros elementos (aire, agua y tierra): el Logos (una Razón eterna que gobierna todas las cosas) y la lucha entre los contrarios Concordia y Discordia. Se conoce su postura como Monismo Dinámico.

Luego llegó Parménides (y su alumno/amante Zenón) con una solución extrema. Rechazó a los pitagóricos: Es absurdo y contradictorio admitir la existencia del no-ser ya que por definición no existe. También rechazó a Heráclito, ya que decir que el ser cambia, que se mueve, es como decir que existe y no existe a la vez. Para Parménides «sólo existe el Ser, no existe el no-Ser». Y como el Ser debe ser Único, perfecto (y por tanto esférico), eterno e inmutable, todo el mundo (cambiante y móvil) que percibimos por los sentidos no puede ser otra cosa que un engaño, ya que el movimiento y el cambio resultan de la interacción del ser con el no-ser (que no existe). Lo único cierto debe ser, por fuerza, ese Ser perfecto, inmóvil e inmutable. A su teoría se le llama Monismo Estático.

Los filósofos posteriores parece que intentan reconciliar las posturas de Heráclito y Parménides.
Empédocles con la teoría de los 4 elementos (él los llama raíces): Tierra, Aire, Fuego y Agua. El Ser no estaría hecho de un único arché o material primigenio (como decían los de la escuela de Mileto) sino de una mezcla, en diferentes proporciones, de las 4. Por eso los diferentes entes adoptan distintas formas y tienen movimiento. Más que decir que el Ser se compone de 4 elementos es que hay 4 Seres distintos. Para explicar el cambio recurre a 2 fuerzas cósmicas, Amor y Odio, que unen y separan los elementos.

Anaxágoras con sus homeomerías o semillas. Para él el Ser tiene en su interior todos los tipos de materia posibles (piel, pelo, carne, hueso, madera…). Llega a esta conclusión partiendo de que de una cosa no puede surgir otra distinta, por ejemplo comemos vegetales pero no se aprecia nada vegetal en nosotros. Así que «Todo está en todo», la materia, incluso en las plantas, también es en parte carne, huesos y piel. Esas homeomerías se agrupan en diferentes proporciones en cada ente. También recurre a una fuerza cósmica encargada de ordenar la materia a la que llama la Mente (Nous).

Leucipo y Demócrito formularon la teoría de los átomos (literalmente “indivisibles”). Al tomar la materia si la vamos dividiendo una y otra vez llegaríamos a un punto en que sería indivisible, eso sería el Ser. Cada átomo individual mantiene las propiedades de Ser que daba Parménides (único, inmutable, homogéneo, eterno, perfecto…) y se diferencia de otros átomos sólo en su forma. Así los entes son diferentes debido a que se componen de átomos distintos y el cambio en todas las cosas se da por el vacío que los disgrega.
A estos 3 se les conoce como atomistas y a su escuela la del Pluralismo del Ser, ya que defienden que no es único sino que hay muchos.

Sócrates supone una ruptura en la ontología pues sólo le interesaron los temas humanos. Veía cómo su ciudad, Atenas, degeneraba y trató de evitarlo. Para él quien obra mal es porque no conoce el bien, si en la democracia el pueblo toma malas decisiones es porque no sabe hacerlo mejor. Así que dedicó su vida a enseñar a sus conciudadanos qué es el bien. Debió molestar a muchos pues le condenaron a muerte.

Los sofistas es difícil determinar si eran verdaderos filósofos o unos simples comerciantes de la palabra (eran algo así como oradores profesionales que vendían sus servicios por dinero). Defendían un relativismo extremo y bajo su punto de vista no existe una única realidad (en la que tenga sentido preguntarse qué es el Ser) sino tantas como opiniones distintas, todas valen.

Y llegamos a Platón. En su teoría de las ideas dice que los universales tienen existencia propia en un mundo aparte (el mundo de las ideas), algo así como en otro plano de existencia. Un supra-dios (el Demiurgo) lo tomó como modelo para hacer el nuestro (mundo sensible). Si reconocemos la Belleza entes u objetos de nuestro mundo es porque nuestra alma pertenece al de las ideas y recuerda (reminiscencia o anamnesis) esas ideas, por lo que la belleza de un objeto material le recuerda (se parece a/participa de) la belleza pura y universal (idea de belleza).

Por último está Aristóteles. Él considera que cada ente u objeto se compone de materia y forma (hilemorfismo). No pueden existir por separado. Cada ente tiene su propio Ser, su esencia, lo que nos permite reconocerlo como único entre todos los demás.

La visión global sería la siguiente:
Los presocráticos buscaron la respuesta al problema del Ser en la materia, buscando el arché o materia primordial para explicar el movimiento y el cambio a través de sus propiedades.
Platón Se centra en la forma o ideas. Para él son el auténtico Ser (a la manera de Parménides) y nuestro mundo sólo presenta rasgos del Ser (de forma imperfecta) porque se parece o participa del de las ideas. Así explica el cambio (que sólo se da en nuestro mundo), la pluralidad de los seres (que participan de otra pluralidad de ideas).
Aristóteles intenta unificar a todos con el hilemorfismo. No existen 2 mundos sino uno, y cada ente y objeto tienen materia (presocráticos) y forma (Parménides/Platón). Lo que cambia en cada ente es su materia, la forma o esencia permanece inalterable. Su respuesta al problema del Ser da la misma importancia a materia y forma o idea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario