miércoles, 22 de agosto de 2012

Curiosidades de la Grecia Clásica III

Lisístrata
Es una comedia de Aristófanes, representada por primera vez el año 411 antes de Cristo (nada menos) y que sorprende por su contenido.
Trata sobre la guerra entre Atenas y Esparta. Las mujeres de ambas ciudades, hartas ya de la guerra y dirigidas por Lisístrata, se unen y se declaran en huelga de piernas cerradas: No follisquearán con sus respectivos hasta que éstos firmen la paz.
Es gracioso ver cómo las mujeres, desesperadas, intentan escabullirse una y otra vez en busca de sus maridos para calmar sus ansias. En un mundo en el que el papel de la mujer nos viene heredado del cristianismo choca bastante.

Mencionan afectadas la carestía de dildos, que les hacía especialmente difícil soportar la falta de sexo. Los fabricaban con piel de perro y, al parecer, los de la ciudad de Mileto eran especialmente famosos.
Y ni siquiera de los "amantes" ha quedado ni una chispa, pues desde que los milesios nos traicionaron, no he visto ni un solo consolador de cuero de ocho dedos de largo que nos sirviera de alivio "cueril".
- Cleónice: Pero mujer, ¿qué pasará si nuestros maridos nos abandonan?
- Lisístrata: Tendremos que despellejar perros despellejados.
Hay un artículo sobre la masturbación a lo largo de la historia que toca el tema aquí.

Reyezuelos espartanos
Repasando su historia he encontrado una parte que no tiene desperdicio
Arquídamo, uno de los 2 reyes espartanos (era una diarquía), se casó con Lampito, una mujer que los éforos (gobernantes encargados de vigilar la conducta de los reyes) consideraban poco apropiada. Decían de ella que era "pequeña", físicamente poco espartana, y que no engendraría reyes sino reyezuelos. De hecho, llegaron a multar al rey Arquídamo por casarse con ella.
Curiosamente tenían razón. Arquídamo y Lampito tuvieron 2 hijos, Agis y Agesilao, siendo el segundo canijo y cojo.

Siendo ya Agis rey se casó con Timea. Tuvieron un hijo, Leotíquidas, que curiosamente se parecía muchísimo a Alcibíades, un ateniense que había cambiado de bando y pasaba mucho tiempo junto a la realeza espartana. Cuando se descubrió que había tenido una aventura con Timea tuvo que huir de Esparta a toda prisa.

Agis renegó de Leotíquidas y no lo reconoció como suyo hasta el final de su vida. Pero cuando murió acabó sucediéndole su hermano Agesilao, el cojo. Los éforos estuvieron en contra, decían que sería mala cosa para Esparta tener un rey cojo, pero Lisandro (un general famoso) lo consiguió poner en el trono pese a sus objeciones.

De nuevo tuvieron razón, bajo el reinado de Agesilao, Esparta pasó de ser la mayor potencia militar de Grecia y dominar la península a perderlo todo y estar a punto de desaparecer.

Eso sí, pese a ser cojo y canijo tenía los cojones de un espartano. Siendo ya octogenario y necesitando dinero se alquiló como mercenario a Egipto. Ofreció su ayuda al rey Teos, que se había rebelado contra Persia, pero éste al ver a un anciano deforme le mandó a paseo. Agesilao, ofendido, apoyó entonces a Nectanebo (primo y enemigo del primero) y le colocó en el trono de Egipto). Cuando volvía de Egipto le sorprendió una tempestad y murió ahogado, a los 84 años.


El eclipse que puso fin a una guerra
El 28 de mayo del 585 a.de C. se produjo una de las batallas más extrañas de la historia. Los Medos estaban luchando contra los Lidios por la supremacía de Asia Menor. En plena batalla se produjo un eclipse de sol. Pese a que Tales de Mileto lo había predicho unos años antes ésta información sólo la sabían unos pocos eruditos de la época. Para la gente común esto era un signo de descontento de los dioses y suponía uno de los más terribles presagios de desastre.
Creyendo poco menos que aquello era el fin del mundo los soldados de ambos bandos, aterrados, dejaron de combatir. Cada ejército se volvió a casa y Medos y Lidios, por si acaso, no volvieron a luchar entre sí.

Los astrónomos actuales son capaces de saber, con exactitud, cuándo se produjo un eclipse solar en esa zona y en la época en que estaban en guerra. Es por ello que esta batalla es el primer suceso de la historia que puede ser fechado, día y hora, con certeza.

Pero no fue (ni mucho menos) el único eclipse que afectó el rumbo de la historia. A Nicias también le tocó su parte.


El oráculo de Delfos
Una generación después del eclipse solar que paró la guerra Ciro se hizo amo del imperio persa. Veía a Lidia, al otro lado del río Halys, con ojos golosos. En Lidia gobernaba Creso, que también veía su oportunidad para expandirse si atacaba al imperio persa. Pero era supersticioso y quería asegurarse de que en caso de atacar no estaría metiéndose en la boca más de lo que podría tragar.
Así que consultó con el oráculo de Delfos y le preguntó si sería prudente iniciar una guerra. El oráculo, para variar, le dio una respuesta algo ambigua: "Si Creso atraviesa el Halys, destruirá un poderoso imperio."
Creso dió por sentado que se refería al imperio Persa y, confiado, atacó. Al otro lado del río Ciro le presentó batalla. El olor de los camellos persas ponía nerviosos a los caballos lidios y gracias a ello Ciro obtuvo una victoria completa. Persiguió a los lidios a través del Halys y, en 546 a. C., tomó la capital, Sardes. El poderoso imperio destruido fue el de Creso, y Lidia nunca volvió a constituir un reino independiente.

Y de postre
Un par de artículos. Sobre los trirremes, gracias a los cuales los atenienses dominaban el mar Egeo, y sobre cómo ocultar una mensaje pese a estar a la vista.

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